Con el paso de los meses, dormir a mi hija se ha vuelto una tarea más y más compleja. Antes, mi hija pesaba menos kilos y era muy sencillo moverla de un lado a otro hasta que se durmiera. Antes, con un buen biberón bastaba para que cayera rendida. Sí, admito que hubieron días díficiles en los que nos costaba un poco más de trabajo hacer que se durmiera, pero tampoco era nada del otro mundo.