20 de mayo de 2014

La mentira de que los papás tratan igual a todos sus hijos

Cuando nazca mi segundo hijo, mi hija tendrá un año seis meses. En ese preciso momento presiento que mi vida cambiará.... nuevamente. Si el nacimiento de mi hija trajo cambios en mi vida, espero que con dos niños el cambió sea mayúsculo. 



Hagamos un ejercicio de imaginación. Para empezar los gastos aumentarán, si antes comprábamos una bolsa de pañales, ahora serán dos, doble fórmula, etc. Si antes transportábamos a una bebé en el carro, ahora serán dos en el mismo carro. Doble esfuerzo para todo. Si antes eran cuatro manos para una niña ahora serán dos manos por cada niño. ¡La que nos espera!

Pero esto no es obra de la casualidad, nosotros decidimos tener los hijos seguidos. No queríamos que hubiera mucho tiempo entre ellos. El motivo de esta decisión era tenerlos mientras teníamos fuerzas y energía. Antes, los papás para los 29's ya tenían cuatro hijos, en cambio, ahora a los 30's comenzamos a tener a los hijos. Los tiempos han cambiado. Sé que tendrá sus desventajas tener dos hijos seguidos, sobre todo en la parte de los gastos: doble de todo. Aunque quizás, eso lo sintamos más adelante, ya que actualmente muchas cosas que utilizamos con mi hija nos van a servir ahora con nuestro nuevo hijo. Por ejemplo, la cuna, la carriola, el portabebé, entre otras cosas están en buenas condiciones y pueden usar usadas por mi segundo hijo sin ningún problema. Tuvimos el acierto de comprar muchos productos productos duraderos en colores neutros, con el fin de utilizarlos en más de una ocasión: cuna blanca, portabebés café, carriola café, etc. ¡Bien jugao!

A pesar de que todavía no nace mi segundo hijo, me he dado cuenta que por más que queramos no seremos lo mismos que con mi primera hija. Para empezar ya tenemos más experiencia siendo papás; también, es cierto que no vamos a poder dedicarle el 100% de nuestra energía a nuestro segundo hijo como sí lo hicimos con el primer hijo. Y la realidad es que esto no es malo ,me imagino que tendrá sus pros y sus contras. Un pro que me viene a la mente es que con nuestro segundo hijo, ya no seremos unos papás tan novatos e inexpertos y por lo tanto experimentarán menos en él... o eso esperamos.

Después de pensarlo un rato, me hace todo el sentido del mundo que el orden de aparición de los hijos en la familia impacte directamente en su personalidad y en su forma de ser. Y por más que los papás digan que a todos sus hijos los tratan igual (blablablabla); ahora que estoy de este lado de la cancha, me parece muy complicado pensar que eso sea posible. Y no es algo malo ni bueno. Simplemente las circunstancias podrían ser diferentes. Me imagino que no voy a ser el mismo con 30 años y una hija, que con 32 años y dos hijos. Me imagino que el tiempo que he sido padre únicamente con mi hija, va a ser diferente al que voy a tener con dos hijos al mismo tiempo. Aunado a que todos los hijos son diferentes, es imposible pensar que voy a poder tratarlos por igual. Los hijos serán diferentes y con el paso del tiempo irán evolucionado, al igual los papás. Todos iremos cambiando y nos estaremos adaptando. Me imagino esto como un crecimiento constante y cambiante de ambas partes. Lo que no me queda duda es que los valores que trataremos de inculcar en nuestros hijos serán los mismos para ambos. Eso no creo que vaya a ser diferente.

Por otra parte, me imagino que dentro de los pros de tener dos hijos seguidos debe estar lo mejor de mundo: el amor y cariño se duplicarán. Ahora serán dos abrazos en lugar de uno; dos besos en lugar de uno. Eso creo que no tendrá comparación. El que dos personitas te sonrían y te reconozcan al llegar a casa debe de este en el top 5 de las mejores sensaciones del universo. Es como sí tu equipo de fútbol y tu equipo de americano ganarán el campeonato en el mismo año.




Tenemos mucha curiosidad por saber como será nuestro nuevo hijo, como será su personalidad, como será físicamente. ¿Se parecerá a nuestra primera hija? ¿será totalmente diferente? En fin, en un par de meses espero responder estas preguntas. Lo que sí estoy seguro es que no habrá dudas que nuestro segundo hijo lo amamos, sean cuales sean las respuestas.

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