5 de diciembre de 2013

Los diez meses de mi hija, los niños modernos y sus papás modernos... y los chanclazos

Ayer mi hija cumplió 10 meses de vida. ¡Wow! todo un logro... para los papás. A lo largo de estos diez meses hemos visto como ha cambiado tanto física como mentalmente. 

Me puse a ver las fotos y vídeos de mi hija de sus primeros tres meses y la noté tan frágil y tan pequeñita que me dio mucha nostalgia. La realidad es que han pasado 10 meses y para mi han parecido 10 semanas. Es impresionante como el tiempo es tan relativo.

Desde pequeña mi hija tenía su personalidad, su carácter, pero ahora, a los 10 meses de edad me he quedado impresionado de como más que carácter ha adquirido "mañas" más complejas y como su capacidad de "leer" a las personas ha aumentado enormemente.

¿A qué me refiero con "mañas" y con "leer" a las personas"?


Después de meses de convivir con mi hija, ella ha aprendido a conseguir muchas cosas a su modo. Antes le dábamos cualquier juguete y se entretenía perfectamente. Ahora, si le pone un ojo a un objeto (normalmente teléfonos celulares y controles remoto) se abalanza para agarrarlo sin importarle nada. Si se me ocurre quitárselo o ponerlo en otro lugar. Lo primero que hace es observarme con cara de… “no lo vuelvas a hacer”. Después se vuelve abalanzar y busca el objeto que le fue arrebatado. Si se lo vuelvo a quitar y le digo que no. Lo que hace ahora es, me observa y lanza un llanto (manipulador) haciéndome saber que está en desacuerdo.

Ahora, mi hija también ha aprendido a “leer" a las personas. Si le llamo la atención o le digo que eso no lo debe de hacer, en cierto tono enérgico. Responde haciendo una cara de tristeza y de resignación que no cabe en el cuarto. Es tan definida su gesto que es idéntica a todos los memes que hay en internet. 


Si le llamamos la atención o regañamos a mi hija, esta se inconforma y nos lo hace saber. Ella fácilmente, puede saber cuándo estamos contentos y molestos con ella. Lo cual por cierto me alegra saber que lo pueda hacer ya que considero que es muy importante que todos los niños trabajen su inteligencia emocional. En la mayoría de las escuelas no se los van a enseñar (hay excepciones), y por lo tanto en el único lugar en donde lo van aprender es en casa. Hace poco leí en una nota en internet que una gran porcentaje de los niños que sufrían mordeduras de perros era debido a que estos eran incapaces de “leer” las emociones de los animales. Es decir, los niños se acercaban a acariciar perros molestos dispuestos a atacar, obviamente los niños se llevaban una mordida.

Yo creo que una parte importante del desarrollo de un niño consiste en que puedan desarrollar de la mejor manera posible sus habilidades emocionales. Normalmente los papás no somos unos masters en este tema, pero afortunadamente las mamás sí. Aun así, creo que es un deber de los papás el aprender a leer mejor las emociones y dirigir de la mejor manera la conducta de los hijos. No digo que sea tarea fácil. Sé que hay miles de técnicas modernas, libros de autoayuda, hasta congresos y talleres que te enseñan a “educar a tus hijos”. ¡Qué ironía! Me parece absurdo que se tenga que pagar a alguien para que te enseñe a educar a tus hijos. Entiendo que existen casos que necesiten más atención que otros, y probablemente la ayuda es más de tipo psicológico. Descartando esos casos, la niños deben ser educados emocionalmente en casa.

Me resulta muy complicado que sea normal que niños menores de tres años asistan al psicólogo para resolver asuntos que los papás no pueden solucionar. Con todo el respeto a los psicólogos,que hacen su trabajo tan dignamente, ¿no les parece irreal que niños tan pequeños necesiten ayuda profesional? ¿Qué está pasando en los hogares para qué tengan que recurrir a un psicólogo? ¿Qué se está haciendo mal?

Cristiano la aprueba
Es un tema que para mí me resulta difícil de entender. Recuerdo que de pequeño si algo hacía mal, o me comportaba como no debía, no había nada que un chanclazo o un jalón de orejas no pudiera solucionar. Recuerdo que con mis papás no había negociaciones, ellos eran los encargados de establecer los límites y los lineamentos a los que nos teníamos que ajustar mis hermanos y yo. Si algo estaba mal estaba mal, no lo poníamos en tela de juicio.
Entiendo que los niños de ahora no son los mismos de hace 20-30 años. Entiendo que ahora los niños tienen acceso a mucha más información, que debaten, refutan y casi casi establecen teorías y teormas. Pero vamos, si les revisamos el calzón/pañal a estos niños modernos, siguen teniendo la misma popó que teníamos nosotros.

En mi opinión los niños deben ser tratados como niños; los papás debemos cuidar que esa capacidad de asombro y esa inocencia que invariablemente perderán en algún momento de su vida. Los papás, debemos de ayudarlos en todo lo que podamos para que sean buenos niños y posteriormente buenos adultos. Sé que no es un tema sencillo y existen miles de historias con miles de aristas diferentes. Aun así, hago un llamamiento (siempre quise usar esa palabra en una oración) a todos los papás a que eduquen a sus hijos lo mejor posible, evitando dejar esa tarea a personas ajenas. Al final de cuentas, es nuestro mayor deber como papás. Inevitablemente, nuestros hijos serán mordidos por perros, lo único que podemos hacer es enseñarles a no acercarse a ellos si estos van con la intención de morderlos.


 ¡Gracias! ¡Gracias!

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