Si viajar con un bebé es algo complicado y cansado, viajar con dos bebés es todavía más complicado y más cansado. La clave para poder disfrutar las vacaciones es: planeación. Si no hay planeación, cualquier inconveniente o problema puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza. No es lo mismo que un par de adultos esperen en el aeropuerto un par de horas por algún retraso del vuelo, a que dos adultos y dos niños esperen ese mismo par de horas. Aunque hay muchas cosas o problemas que pueden ser ajenos a su planeación de las vacaciones, lo más importante es ser precavidos y planear todo como si fuera a suceder el peor escenario posible.
Nuestro viaje comenzó un viernes en la mañana. Nuestro vuelo salía alrededor de las 3 de la tarde. Nosotros no nos quisimos arriesgar y nos fuimos dos horas y media antes de la hora de embarque. Llevábamos las maletas y las pañaleras llenas, con todo lo que se pudiera necesitar por las siguientes horas: cambios de ropa, leche, pañales, medicinas, cereal, galletas, juguetes, pomadas, toallitas húmedas, etc, etc, etc.
Logramos documentar todo sin ningún problema y nos subimos al avión. Durante el vuelo todo fue tranquilo y no hubo ningún problema. El más pequeño (11 meses de edad) logró dormirse a la mitad del camino y no tuvimos ningun problema con él. Con mi hija (2 años y 4 meses de edad) a pesar que estuvo muy tranquila al momento de despegar, unos minutos antes de descender, de la nada, le comenzaron a doler los oídos y estuvo inquieta por uno minutos. Intentamos quitarle el dolor pero no se dejaba, por fin, pudimos distraerla para que por lo menos se le olvidara. Afortunadamente ese fue el mayor problema durante todo el vuelo.
Llegando a tierra, pasaron por nosotros y nos llevaron a la central de autobuses en donde tomaríamos el autobus a nuestro siguiente destino. Aquí cometimos un error muy grande. Asumimos que no tendríamos problemas para comprar los tickets... y no fue así. Al llegar a la central, nos dimos cuenta que se habían agotado y que el siguiente autobus partiría varias horas después. Este error lo pudimos haber arreglado con tiempo si hubiéramos comprado los tickets por internet. Por lo tanto, tomamos nuestro plan B: rentar un automóvil.
Llamamos a la empresa de renta de automoviles e hicimos una reservación por teléfono.
Tip de viaje: Llevar teléfonos celulares cargados lo máximo posible
y cargadores.
Logramos reservar el auto y de regreso al aeropuerto para recoger el auto. Cuando reservamos el carro, incluimos asientos para bebés. Llenamos todos los documentos, subimos las maletas al carro y tomamos la carretera. El camino fue algo pesado, ya que nos tocaron unas horas de manejo en la noche. Los bebés estaban tranquilos, pero después de la primera hora comenzaron a perder la calma. Normalmente, en nuestro carro, traemos un disco de estimulación que no sé como funciona, pero los hipnotiza y los calma milagrosamente. Como pensamos que no era necesario llevarlo, no tuvimos otra opción que cantarles las canciones del disco para ver si surtían el mismo efecto. Afortunadamente así fue. Logramos calmarlos cantando... por un tiempo, luego se volvían a inquietar. Fue nuestro error no llevarnos todo lo que los puede tranquilizar.
Tip de viaje: Carguen lo que saben que tranquiliza a sus hijos.
Llegamos al hotel en San Rafael Veracruz, en la noche. Bajamos las maletas y nos acomodamos en nuestra habitación. Por cierto, el hotel estaba increíble, un hotel pequeño rodeado por hectáreas de plátanos y limones. Un hotel con una vibra muy padre. Vamos, el hotel ideal para irte a desconectar de todo y descansar... pero en pareja. El hotel estaba perfecto, pero digamos que no era tan amigable para niños o bebés pequeños. Afortunadamente nuestros hijos solo dormirían una noche con nosotros ya que al día siguiente se los llevarían unos familiares y luego los alcanzaríamos. Ya estando ahí en el hotel me quedé pensando que debimos haber investigado antes sobre hotel para ver que tan accesible o amigable era para niños. No llegar y sorprendernos
Tip de viaje: Investiguen lo más que puedan del destino a donde van.
Entre más sepan, menos sorpresas se llevan.
El motivo del viaje era una boda y no eran requeridos los niños. Después de que acabó la boda, alcanzamos a nuestros familiares con nuestros hijos y nos la pasamos de lujo. Nos dieron hospedaje y nos trataron como reyes. Nuestros hijos se comportaron, hicieron un par de gracias y sobre todo se portaron muy bien. Fueron unos días en donde recibimos mucha ayuda con los niños y pudimos descansar. En el viaje, nos dimos cuenta que las vacaciones, aún con niños pequeños son más que necesarias para cualquier familia. No importa el destino, ni la cantidad de dinero o recursos que gastes. El viajar, ya sea una o dos veces al año, es necesario para escapar de la rutina. A los papás nos ayuda a despejar nuestras mentes ya que no necesariamente en las vacaciones vas a descansar, porque con niños, jamás se descansa. A los bebés les ayuda: se distraen, conocen cosas nuevas, comen cosas nuevas, ven cosas nuevas, conocen a personas nuevas. Por eso los dejo con mi último tip de viaje.
Tip de viaje: Viajen en familia. A donde sea, pero salgan de la rutina. Los niños crecen muy rápido y el tiempo pasa todavía más rápido.
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