12 de abril de 2013

Las primeras satisfacciones: las sonrisas

A lo largo de la vida de todo hombre hay muchas satisfacciones. Algunas son banales pero muy necesarias para la autoestima y la felicidad de todo hombre, ejemplos: ver campeón a tu equipo favorito; tener algún récord con los amigos, como ser el que lanza el gargajo más lejos; acabar todos los niveles de un videojuego; entre muchos más. Existen otros que son más complejos y más serios, ejemplos: graduarte de la universidad; tener algún reconocimiento por tus estudios o trabajo; casarte; tener a tu primer hijo, o a tu segundo o a tu décimo quinto, bueno no se sí ese cae en la categoría de satisfacción o de tortura; ver a tus hijos crecer, etc.

Aunque mi hija es muy pequeña, dos meses de edad, ya me ha dado muchas satisfacciones. Hoy, por ejemplo, me sonrío al verme y me despidió igual, con una sonrisa. La sensación fue indescriptible. Antes había esbozado sonrisas pero no eran las que los pediatras llaman "sociales", son más bien reacciones involuntarias y no reflejan una sensación placentera. Lo de hoy fue una reacción, una comunicación, un entendimiento, una señal que pude interpretar como: "hola papá, gracias por haberme cambiado, la verdad ya tenía mucha popo y me molestaba". Bueno, exageré. En realidad fue un "hola señor que se me hace conocido". Bueno, tampoco fue tan informal. Más bien fue un "hola papá".

Sé que con el paso del tiempo y de los días, mi hija me seguirá dando satisfacciones e indudablemente también me dará disgustos y enojos. Hoy, me quedó con esa sonrisa. Esa sonrisa ha quedado tatuada en mi mente y en mi corazón. Esa sonrisa tan honesta ha sido la mejor sonrisa que he recibido en mi vida y estoy seguro que minutos antes que muera esa imagen vendrá a mi mente, y hará que sonría.



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