5 de mayo de 2013

Mi producto favorito: el esterilizador

¿Se imaginan como era la paternidad hace unos 30 años? Ahora estamos tan acostumbrados a la tecnología y a los productos innovadores que se me dificulta imaginarme el día a día en el año 1983. Bueno, sí me imagino cambiándole el pañal a mi hija mientras canto canciones de The Police, U2 o R.E.M, pero hasta ahí.


Son tantas las cosas que han cambiado que no sé ni por donde empezar. Por poner unos ejemplos: ¿se imaginan tener que tomar las fotos a su hij@ con una cámara de rollo? ¿Tener disponible una sola talla de pañales desechables? ¿Esterilizar los biberones usando sólo la estufa?

Ahora, podemos tomar miles de fotografías con el teléfono, subirlas a algún red social como facebook y compartirla al instante con amigos y familiares. Así, la tía que vive en Canadá o tu amigo que vive en Islandia pueden ver las fotos de tu hija comiendo sus primeros fideos chinos segundos después de que esto sucede. La verdad, me cuesta trabajo imaginar tener sólo 24 fotos intentos para tomarle una buena foto a tu bebé. A eso agregarle la revelada, el tener que hacer el álbum con las 20 fotos buenas y esperar a que la tía de Canadá venga en las vacaciones para enseñarles la foto de tu bella creación.

¡Cómo han cambiado las cosas!

De todas las cosas que han cambiado hay una que ha cambiado mucho y para bien, me refiero al proceso de esterilización de materiales de los bebés como los biberones o chupones.

Antes la técnica que se utilizaba para esterilizar involucraba hervirlos en la estufa. Pueden pensar que no es para tanto, hervir algo no es algo tan complicado. Quizás no lo sea. Pero imagínense tener que hacerlo constantemente y tener que hacerlo siempre bien. Un error con un biberón podría significar que el crío enfermase o que tú te quemaras. Quemar un biberón, era el menor se los problemas. Les dejo un link para que conozcan como es el proceso de hervir los biberones por si les interesa hacerlo o son hipsters amantes de lo retro.

Ahora, gracias a la tecnología se ha simplificado mucho el proceso de esterilización. Demasiado diría yo. Ahora, sólo es necesario lavar los biberones y ponerlos en el esterilizador sin preocuparte de más. Nosotros tenemos un esterilizador eléctrico, el cual por cierto nos regalaron y ha resultado ser una verdadera maravilla. ¡Vaya regalazo que nos dieron! El esterilizador es de la marca Munchkin y el modelo es el Steam Guard Electric Sterilizer; aunque yo lo he bautizado como EVA, por el parecido que tiene con la protagonista de la película animada WALL-E. Aquí les dejo la comparativa:


E-VAAAAAA
Es te ri li za doooooooooooooor
Este esterilizador es una maravilla por lo sencillo que es usarlo. Sólo le agregas la cantidad de agua que te indica (alrededor de 120 ml) en una placa de metal, introduces los biberones o cosas que quieras esterilizar en las repizas, lo cierras, lo conectas a a luz y le oprimes el único botón que tiene. Esperas 6 minutos más otros 10 para que se enfríe, y listo. ¡Ya tienes biberones estériles y listos para usarse! La desventaja de este tipo de esterilizadores es que de un lado sueltan vapor mientras están en funcionamiento, además de que la carcasa suele calentarse. Por eso en el manual te dicen que es muy importante colocarla en un lugar seguro y lejos de los niños. Otra desventaja es que este tipo de esterilizadores suelen ser los más caros.

Gracias a EVA, puedo decir que la vida en el 2013 es más práctica que en 1983, por lo menos cuando se trata de esterilizar biberones.

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