14 de agosto de 2017

Las dos decisiones más importantes de mi vida

En el transcurso de la vida tomamos decisiones, grandes o pequeñas, que van definiendo nuestro futuro y hacia donde queremos a ir. Muchas veces decidimos lo que podemos con lo que tenemos. Los recursos con los que contamos, el tiempo del que disponemos, y las circunstancias en las que nos encontramos, entre muchas otras cosas más. Indudablemente, todas estas cosas, nos limitan y por lo tanto afectan nuestras decisiones. ¿Cuánta gente quisiera comprar una casa más grande pero no cuenta con los recursos para pagarla? ¿Cuánta gente quisiera viajar más pero no cuenta con el tiempo suficiente para hacerlo? 

Tomar decisiones no siempre es fácil, por más sencillo que se vea. Por ejemplo, hace unos meses mi hija regresó de la escuela y quería ponerse un vestido rosa para andar en la casa. Sin embargo este estaba sucio y no era posible que lo usara en ese momento. Obviamente el no tener su vestido rosa a la mano le causo tristeza y un poco de enojo. Le explicamos el por qué no podía usar el vestido rosa que tanto quería y a la vez le dimos varias opciones para que decidiera que se podía poner de la ropa que tenía disponible. Al principio no le agrado para nada la idea, pensó que le estábamos negando su vestido favorito y que no le queríamos cumplir su deseo. Al final se puso otro vestido de otro color. Unos minutos después se le olvidó el incidente y siguió su vida como si nada hubiera pasado. Bueno, ¿y a qué voy con este ejemplo? Quizás para mi hija el poder decidir que ropa usar es algo grande, algo importante. Aunque para mí y para mi esposa, el decidir que ponerse cada día sea algo de lo mas común, para mi hija es "su decisión". Y a pesar de que no tuvo el vestido que quería en el momento que quería la vida siguió para ella como si nada hubiera pasado.



Viendo a mi hija elegir su ropa, me di cuenta que básicamente así funcionamos todos los seres humanos. Normalmente tenemos opciones entre las cuales podemos decidir, o bien si nos agradan, creamos nuevas. Analizamos las opciones, buscamos ventajas y desventajas, lo "consultamos con la almohada", nos dejamos llevar por el instinto, lo ponemos en manos de un ser divino, investigamos, descartamos, y todo para que al final tomemos la que creemos es la mejor decisión. 

Cuando estudiaba la preparatoria, unos meses antes de entrar a la universidad, un profesor nos dio un consejo sobre las decisiones importantes. Se me hizo un buen consejo y tanto así que se me quedó muy grabado y cada que puedo lo comparto. El profesor nos dijo (palabras más, palabras menos):

"En la vida hay dos decisiones que sobresalen, dos decisiones muy importantes que no debemos tomar a la ligera. La primera es elegir la carrera y la universidad en la que vas a estudiar. Y la segunda es elegir a la persona con la que te vas a casar."




Después, nos explicó como lo que estudiemos definirá nuestro futuro laboral, nuestros gustos y hasta nuestra forma de ver la vida. Y hace sentido, por ejemplo, las personas que eligen estudiar medicina tienen una forma de pensar o de ver la vida diferente a la de un contador o un ingeniero civil. Cada carrera te enseña cosas diferentes, pero más importante: te enseña formas del pensamiento. Eventualmente lo que estudiamos influye enormemente en nuestra vida. Sé que hay excepciones y casos donde no se aplique lo que comento. Pero indudablemente, lo que carrera que elijamos o no, afectará una gran parte de la vida que llevemos.

Respecto a la segunda elección importante, es más que obvio que tendrá un gran impacto en tu vida y en muchas cosas más que pueden suceder en el futuro. Recuerdo que nos comentó que el decidir casarse y hacer una vida con otra persona, podía ser la decisión más importante de nuestra vida. Ya sé, que por el mundo habrá muchos haters que dirán que casarse no es lo más importante, que hay otras decisiones más importantes y que nuestra felicidad no depende de esta decisión. Bla bla bla. Yo creo que el no casarse o el estar soltero es al final de cuentas una decisión y al igual que el que se casa, esta decisión tendrá su impacto en la vida de quien así lo decida.
Muchos años han pasado desde que terminé la preparatoria y aun tengo este consejo fresco en mi mente. Tanto así que cuando alguien me dice que no le gustó lo que estudio o que la carrera no era lo que esperaba, trato de motivarlo para que estudie o busque lo que le guste o le apasione, no importando si vuelven a empezar desde cero. Es lo bonito de la vida, que nunca estas demasiado viejo para empezar de nuevo. 

Por otra parte, cuando escucho o veo casos de personas que cambian de opinión o cancelan sus bodas, por más triste o trágica que parezca la situación, normalmente me le veo el lado positivo; obviamente no me alegro por su tristeza o por el momento complicado que pasarán, pero si me alegra saber que  pueden seguir decidiendo, porque tendrán más oportunidades y si en ese momento no están completamente seguros es mejor esperarse o quizás hasta cancelar.

Sé que hay muchas más decisiones importantes, pero estoy seguro que si levantamos una encuesta a millones de personas, estas dos decisiones deben de aparecer en el top 5. Por lo menos, para mí, han sido dos de las decisiones que más han influido en mi vida; han estado tan ligadas entre si, que si yo no hubiera escogido mi carrera no hubiera podido escoger la maestría y por lo tanto no hubiera conocido a mi mujer. Yo conocí a mi esposa gracias a la maestría y curiosamente nuestro noviazgo duró exactamente lo que duró la maestría.

Por último, decidamos lo que decidamos, nos casemos o no nos casemos, estudiemos o no estudiemos, nos equivoquemos o no nos equivoquemos, mientras el sol siga saliendo por la mañana todos tenemos una nueva oportunidad para decidir si queremos seguir haciendo lo que estamos haciendo, o no. 

Hoy cumplo 8 años de casado y gracias a Dios creo que elegí bien.



29 de febrero de 2016

Los niños sin amor

A mis hijos les encanta las áreas de juegos, esas que están llenas de protectores multicores. Aunque no vamos tan seguido a estas áreas de juego, cuando llegamos a ir son felices. Aman subir y bajar escaleras, tirarse por el resbaladero, correr, en fin, hacer cosas de niños. Yo como papá, también soy bastante feliz al verlos como sudan y se cansan al hacer todas esas actividades.



Normalmente, cuando vamos a los juegos de los parques públicos no hay problema ya que solemos acudir en horarios en los que no hay gente y prácticamente tienen todos los juegos para ellos. En el área de juegos de los restaurantes pasa algo similar. Sin embargo, es bastante común que nos topemos con muchos niños a los que yo les denomino: los niños sin amor


Los niños sin amor son aquellos que andan sueltos sin control, y muchas veces andan buscando atención. Les importa un pepino los demás niños y generalmente no respetan nada ni a nadie. Los papás suelen estar lejos de ellos y los dejan que destruyan lo que quieren; y cuando están con ellos, normalmente no les hacen caso y se la pasan atendiendo otros asuntos menos a los hijos. Les he denominado niños sin amor ya que me da la impresión que no les ponen atención o disciplina en su casa y no sé, pareciera que buscan amor. Me ha tocado ver que los papás los dejan en estas áreas de juego, y se van. Normalmente se van comer, se ponen a platicar y prácticamente los dejan pastorear como cabras desatendidas. Y me imagino que esos papás son de los que suben fotos al facebook con títulos así: "Cuidando a los que amo", "Mis hijos son mi todo", "Doy todo por mis hijos". Porfavaaaar!!!!





Yo no les digo nada, ni a los papás ni a los niños. Yo estoy cuidando a mis hijos y si algo que hacen esos niños afecta a mis hijos les pudiera decir algo, pero trato no. Es curioso que cuando mis hijos se topan con niños así, mis hijos se les quedan viendo como pensando: ¿Qué onda con estos morros? ¿Qué les pasa? En varias ocasiones he escuchado a mi hija decir: niño, compermiso voa a pasar (es que el voy no le sale muy bien).


Como papá, no pretendo estar todo el tiempo cuidando a mis hijos, sin embargo, si son pequeños y no tienen todavía el control total de sus movimientos, creo que es prudente cuidarlos por el bien de ellos y de los demás. Me he dado cuenta que la educación y los valores se enseñan con la repetición. Sé que es cansado estar repitiendo a los hijos lo que deben hacer y lo que no deben hacer. Pero creo que que es parte de las actividades que debes hacer como papá. Por lo tanto, papás no se pasen de lanza y cuiden a sus hijos, eduquen a sus hijos por más cansado que sea, creanme que los demás no lo haremos por ustedes.


4 de febrero de 2016

Tener tres hijos muy seguidos y salir a comer

Mi hija es amante de los nuggets de pollo. Le gustan los caseros, los comerciales, los de los restaurantes, los de pechuga, los crujientes, básicamente casi cualquier tipo de nugget es de su agrado. Mi hijo en cambio es amante de las hamburguesas. Y al igual que mi hija, no discrimina hamburguesas, con que se apagué a los ingredientes básicos, con eso le basta: pan, carne, catsup, mayonesa y queso. Por lo tanto, casi cualquier restaurante que tenga estos dos platillos se convierte en una opción para llevarlos a comer. Si vamos a un restaurante que sea exclusivamente de comida rápida, es normal encontrarse familias numerosas como la nuestra y pudiéramos decir que prácticamente pasamos desapercibidos. Sin embargo, cuando hemos comido en las áreas de comida de las plazas comerciales, nos encontramos con varios  tipos de comensales: parejas jóvenes, personas mayores, los clásicos Godinez, parejas con hijos, parejas sin hijos, etc. ¿Y a dónde quiero llegar con todo esto?

31 de julio de 2015

Nuestras primeras vacaciones en familia (viajando con dos niños pequeños)

Hace unos días regresamos de nuestro primer viaje en familia. Aunque ya habíamos viajado con mi hija, esta fue la primera ocasión en que viajamos los cuatro: mi esposa, mi hija, mi hijo y yo. 

23 de febrero de 2015

Los niños y el acceso a la tecnología

Recuerdo cuando era niño y la primer consola de Nintendo salió el mercado allá por el año de 1985. Aunque era muy pequeño recuerdo que había mucha controversia entre los adultos, sobre todo entre los papás, por al contenido de los vídeojuegos y por el impacto de estos en los niños. Había de todo: papás muy restrictivos que pensaban que los efectos de los videojuegos serían muy severos; y había otros otros que permitían todo sin ninguna restricción. Había gente que decía que eran sumamente dañinos y otros que eran benéficos. Había blanco y negro y un sinfín de grises. Recuerdo también, que en la escuela no había niño que no conociera o supiera algo de los vídeojuegos. Todos podíamos jugar de una forma u otra. Los videojuegos se volvieron parte de nuestras vidas, tanto así que hasta cuando te mandaban por los tortillas podrías toparte con algún videojuego, como Street Fighter, por ejemplo.

13 de febrero de 2015

¿Qué ve mi hija en el iPad?

Mi hija tiene dos años de edad y sabe usar el iPad (mejor que yo). Cabe aclarar que ni mi mujer ni yo se la prestamos ni le enseñamos a utilizarla. Ella nos veía utilizándola y en algún momento le pusimos vídeos ahí para entretenerla. Pasó el tiempo y cuando comenzó a caminar, por iniciativa propia, comenzó a jugar con el iPad y a "imitar" lo que nosotros hacíamos con ella, la desbloqueaba y accedía a los iconos que le mostraban los vídeos que nosotros le poníamos. Eventualmente fue aprendido a usarla ella sola con muy poca ayuda nuestra. Aprendió por ensayo y error. Todo esto sucedió alrededor del año y medio de vida de mi hija. Cuando nos percatamos que le gustaba estar con el "aipa" (así le dice ella), le bajamos varias aplicaciones para niños buscando que de paso aprendiera algo. Al principio le emocionaban las nuevas aplicaciones pero con el paso de los días se aburría y regresaba a ver vídeos. 

20 de enero de 2015

5 situaciones en las que no te sientes el mejor padre

Como muchas cosas en la vida, la auto crítica suele ser complicada y más si el análisis es sobre tu desempeño como papá. A lo largo de estos años como papá me he dado cuenta que no hay blancos ni negros, al parecer la paternidad funciona en escala de grises. Lo que para algunos papás funciona de manera categórica, en otros puede no ser tan útil. Por eso, siempre que escribo busco exponer mi experiencia, mi opinión, trato de compartir lo que me ha servido y lo que he aprendido. Por eso quería aprovechar este post para hablar de cinco ocasiones o situaciones en las que he aprendido que no siempre puedes ser el mejor padre: 

1 de enero de 2015

Tiempo de agradecer

Hace pocas horas nos despedimos del año 2014. Un año que para mí y mi familia ha sido un año muy interesante en todos los aspectos. Y no quería desaprovechar la oportunidad de agradecer a todos a todos los que hicieron que este año fuera lo que fue.

30 de septiembre de 2014

12 cosas que han cambiado desde que tengo dos hijos

Ha pasado ya algo de tiempo desde el último post en mi blog. No hay una excusa que valga para este receso que me he tomado. Es que no es solo una, son muchas excusas. Si bien, ya teníamos una dinámica familiar con nuestra primera hija, ahora con el nacimiento del segundo hijo, nuevamente, nuevamente todo ha cambiado. Hemos estado muy ocupados mi mujer y yo con ambos bebés, con el trabajo y con otros proyectos que ha sido prácticamente imposible sentarme a escribir y desarrollar los posts de este blog que ustedes tan amablemente se sientan a leer. La realidad es que tengo miles de temas y tópicos de los que quisiera hablar y no he tenido el tiempo y la paciencia para desarrollar aunque sea uno.

En fin, ya estoy de regreso y espero seguir escribiendo un post a la vez. Para mí, este blog es un hobby y una terapia de desahogo que me ha ayudado a ver las cosas desde otra perspectiva y que sé que ha útil a varios papás inexpertos como yo.

Bien, desde que nació mi segundo hijo muchas cosas han cambiado, por lo que decidí darme a la tarea de definir doce cosas que han cambiado y que probablemente jamás vayan a ser como eran antes. Dentro de esas cosas que he visto cambiar hay cosas triviales, y otras más profundas. Se las comparto y si saben de más cosas que cambian al tener dos hijos los invito a compartirlas. 

4 de julio de 2014

Tres dificultades de ser papá andando fuera de casa

Hoy cumplo 33 años, y dentro de un mes nacerá mi segundo hijo. Sabemos que con dos hijos mi mujer y yo tendremos que aplicar, lo que le conocen en el fútbol como  marcación personal. Sí mi esposa está con mi hija, yo tendré que estar con mi hijo, y viceversa. Será todo un reto, que de inicio sabemos que será muy cansado y en momentos agotador, pero también estamos seguros que nos traerá muchas satisfacciones y felicidad.